En estos meses que el Corona Virus (Covid-19) no nos ha permitido viajar mucho, en mi caso, he podido realizar un viaje de esos, que sin duda, me ha transformado por dentro.

Ha sido un viaje duro, complicado y en solitario. Pero al final como en cualquier viaje, acabas sacando un aprendizaje y una lección de todo aquello que has vivido en él, recordándolo con una sonrisa en la cara.

Seguro que te estarás preguntando, ¿Dónde has ido? O te digas a ti mismo: “Que suerte que hayas podido viajar estos meses. Yo me muero de ganas de irme lejos”.

Pero antes de desvelarte este destino tan peculiar al que he tenido la oportunidad de explorar, déjame que te cuente algunas cositas más de este viaje tan especial.

Ha sido un lugar que muy pocas personas visitan, ya sea por miedo, por desconocimiento, por falta de interés… pero es un lugar al cual creo que debemos viajar de vez en cuando para crecer y evolucionar como personas.

La verdad es que ha sido un viaje bastante complicado. En pocas ocasiones podía ver brillar el sol. Apenas encontraba personas en el camino y sinceramente, en algunas ocasiones pensé en abandonar.

No ha sido un viaje de pulserita “todo incluido” en una playa paradisiaca del caribe. Más bien ha sido un viaje a pie por la montaña, con pocas provisiones y con un clima sin muchas contemplaciones.
Nada de monumentos, fotografías y fiesta. Más bien paisajes, sentimientos y melancolía.

En la montaña, dicen que, para coronar la cima, antes debes de pasar por sus profundos valles. Pero en mi caso, hacia tanta neblina, que me perdí en ellos.

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Gracias a dios me encontré a una persona que supo sacarme de esa neblina, y guiarme hacia un lugar más despejado. Hacía un lugar más cálido y más acogedor.

 

Viajando aprendí que no se trata tanto del lugar sino más bien de con quién compartes ese lugar. Y una vez más, en este viaje, comprobé que así es.

Viajando aprendí que no se trata tanto del lugar sino más bien de con quién compartes ese lugar. Clic para tuitear

Esa persona me llevo a su refugio. Fue llegar a ese sitio y ver salir el sol. ¿Conoces esa sensación?

El lugar era maravilloso. Una casita en medio de esas majestuosas montañas, delante de un espectacular lago y con unos prados intensamente verdes.
Enseguida pude calentarme y apreciar toda esa maravilla de la naturaleza. Lo interesante es que eso que veía siempre habia estado allí, aunque la niebla no me lo permitirá ver, eso ya estaba allí.

¿Y sabes lo más curioso?

No hubiera llegado a ese lugar si no hubiera confiado en esa persona.
Esa persona me animo a seguir. Me decía todo el rato que esa neblina solo era pasajera, que tarde o temprano saldría el sol. Que tuviera fe.

También me decía que estaba en un lugar demasiado hermoso para sentirme mal o derrotado. Que debía aprender a ver la belleza de las cosas que tenía delante.
Si pierdes la esperanza estás perdido me decía. Acepta todo aquello que venga con optimismo.

Me dijo algo que, a día de hoy, aún recuerdo:

“cada día que me levanto agradezco a la Vida por un día más y sonrió, ¿sabes por qué? Por qué me da igual que me levante y este lloviendo, nevando, con niebla o con tormenta, de nada me servirá llorar porque eso no me solucionará nada. No puedo controlar el clima.
¿Pero sabes lo que sí puedo controlar? Mi actitud. Mi forma de ver la vida y las cosas, así que me da igual el clima que haga allí fuera porque aquí dentro siempre habrá un rayo de sol que me caliente y me ilumine.”

 

 

Este articulo convertido un poco en cuento jajaja, es una metáfora de mi vida en estos meses en confinamiento.
Ese paisaje “oscuro” y tormentoso ha sido mi situación emocional de estos meses. Ese misterioso hombre ha sido “mi yo interior” y el viaje no ha sido a ningún lugar físico, sino que ha sido un viaje a mi interior hablando conmigo mismo.

La moraleja de esta historia es que he aprendido que, a pesar de estar pasando por un mal momento, ya sea emocional, físico, mental, personal o profesionalmente, todo depende de ti y de la actitud que tengas frente a la vida.
Recuerda que tu eres el único que decide. Tu decides si hundirte o seguir avanzando 😉