Sentado en un banco enfrente de un estanco de un parque de Amberes, Bélgica, he podido observar y reflexionar sobre varias cosas.

Primero de todo, me he visto fascinado por la naturaleza viendo a los patos nadar y volar. Me he visto yo de lejos, como desde atrás, sentado en ese banco, disfrutando de ese paisaje y esa tranquilidad y he sentido un sentimiento de ternura y felicidad hacia mi persona muy agradable. Si parecía una escena sacada de una película.

Después, observando un niño jugar con unas ramas de un árbol me ha hecho pensar. Los niños disfrutan de todo y a la vez no tienen nada.

No se aburren, siempre encuentran algo que les divierte para pasar el tiempo, y los más bonito es que pueden vivir sin esos vicios y excesos dañinos que tenemos los adultos y que nos van matando poco a poco (alcohol, tabaco, drogas, exceso de tecnología, ludopatía, comida basura, bebidas gaseosas, exceso de compras de cosas materiales…).

¿Por qué cuando somos niños podemos vivir felices sin todo eso y cúando crecemos parece hasta normal tener algún vicio?

Parece que vivir sin vicios sea hasta una superación personal a diario. Clic para tuitear

 

Luego, al ver un grupo de personas mayores con sus respectivas cuidadoras pasar enfrente mío y sonreírme casi todas, tanto las mujeres mayores como sus cuidadoras, me han transmitido lo que es la bondad humana.

A pesar de estar en su última etapa del camino se las veía felices, disfrutando de su paseo. Con su sonrisa me han recordado que hay que hacer el bien y ayudar, que todos acabaremos así, da igual quien seas y lo que tengas, eres como yo, uno más.

Aquí en la ciudad de Amberes he podido observar muchas culturas y religiones diferentes y me ha hecho pensar en lo bonito y agradable que es la convivencia multicultural. Da igual las costumbres, el idioma, la vestimenta… todos conviven en un mismo lugar. Aunque luego entristece un poco ver que tampoco se mezclan mucho entre ellos, aunque haya respeto los unos con los otros. Es más, se nota mucho esa separación cuando andas por los diferentes barrios y ves que cada uno “tiene su zona”.

Entonces, ¿de que sirve que haya tanta variedad en un mismo sitio si esa variedad no se mezcla entre sí y se nutre los unos de los otros?

Es como tener un equipo de futbol con jugadores de diferentes países y que cada jugador juegue de manera individual sin pasarse la pelota los unos con los otros jugando como un verdadero equipo.

En fin, estas son algunas de las cosas en las que me hizo pensar esta hermosa ciudad.