Todo tiene un inicio y un final, como nuestra propia existencia. Es ley de vida. No es nada malo, simplemente es así.

Las cosas vienen y se van, como las personas. Y claro que es triste tener que despedirte de una persona sabiendo que es posible que no la vuelvas a ver nunca más, y aunque ahora con el Internet podemos estar en contacto con personas en cualquier parte del mundo, sabemos que no es lo mismo una sonrisa a través de una pantalla que presencialmente. Pero al menos se puede mantener el contacto.

Las cosas materiales duelen menos porque son remplazables, puedes comprar o conseguir otras que hagan la misma función.

Los lugares por muy bonitos que sean o por mucho sentimiento que te transmiten o recuerdos te traigan, puedes remplazarlos por otros. El ser humano tiene la capacidad de adaptarse a cualquier entorno y crear y hacer una nueva vida en él.

Pero los momentos y las personas no, estos no son reemplazables. Son únicos.

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Por eso es tan importante aprender a disfrutar y valorar cada momento porque sabes qué, igual que empezó, terminara.

Yo he aprendido esto viajando. Intento exprimir y disfrutar al máximo cada momento y cada compañía que tengo.

Me acuerdo que en uno de mis viajes una chica con la que habíamos creado una bonita conexión me decía, debemos alejarnos porque se que pronto te vas a ir y no quiero sufrir más.

Y yo le decía todo lo contrario. Debemos pasar más tiempo juntos ahora y aprovechar el tiempo que nos queda al máximo.

He estado en lugares tan bonitos y espectaculares que nunca hubiera imaginado estar.

He vivido momentos y experiencias de los cuales ya me podría morir en paz.

He conectado con personas con un grado de energía tan fuerte que empecé a creer en la espiritualidad humana,

He sentido tanto cariño recibido que empecé a creer en el sentimiento de amar y ser amado.

Y claro que me entristece tener que dejar todo lo vivido atrás, pero en vez de dejar que sea la tristeza la que se apodere de mí, le abro la puerta al agradecimiento por todo lo vivido y las personas que se han cruzado en mi camino.

Solo muere la persona que se olvida. Mi corazón está lleno de sentimientos, personas y energía, y a veces mis ojos lloran al recordar, pero lloran de alegría porque todo lo vivido es lo que da sentido a mi vida.

Valora y disfruta lo que estás viviendo en este preciso momento porque aunque no estes en tu mejor momento, no estes donde quieras estar, no estes haciendo lo que te gustaría estar haciendo, etc… las cosas siempre pueden ser peores, e incluso en un futuro puedes echar de menos algo que en ese momento te quejabas de ello, créeme.

La cuestión es que aprecies cada momento que vivas porque no lo volverás a vivir jamás por simple, rutinario o común que sea.

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Como dijo Heráclito “No puedes bañarte 2 veces en el mismo rio” porque todo está en movimiento, en constante cambio así que deja que las cosas fluyan y disfrútalas mientras puedas.

Es como el que va al mar y se sienta de espaldas al agua. No des las cosas por hechas y valora hasta lo más simple.

Puede que mañana tengas un accidente y pierdas la vista. Luego te arrepentirás de no haber disfrutado de los colores de las plantas que tienes en tu jardín, por ejemplo.

Es como el que abre el grifo y le sale agua, pero no sabe o no piensa que hay personas que tienen que andar igual 1 horas para poder tener agua.

O apretar un botón y tener luz. Y así una cantidad interminable de cosas.

Disfruta y valora el momento que estás viviendo, puede que sea duro y difícil pero seguro que pronto te llevara a un lugar mejor y te hará ser la persona que serás en ese nuevo lugar, por el momento aprende de la situación por la que estás pasando.

Disfruta y valora las personas. Si tienen un día malo, no se lo tomes demasiado en cuenta, utiliza el humor como herramienta para combatir eso, alégrale el día. O tal vez simplemente necesite tu compañía y que alguien le escuche.

Aprovecha al máximo la compañía de alguien y en vez de malgastar el tiempo enfadándote con esa persona diviértete con ella no saben cúando será la última vez que la veras.

Disfruta y valora cada cosa que vivas en cada momento, por muy simple que sea, puede que un día te falte y lo eches de menos.

Nacemos y morimos. Todo viene y se va, es algo que no lo puedes cambiar.

Lo que, si puedes cambiar es tu manera de ver y tomarte las cosas, tu perspectiva de la vida.